martes, 7 de junio de 2011

Patatitas al horno con velouté de pimentón, caldo de carne y huevo, pimiento verde y berenjena a lo Juan Pablo Felipe

Si hay algo que tengo claro tal día como hoy, a 7 de Junio de 2011 es que, si no pierdo el ojo por el camino (ligero brote alérgico a los ácaros con que convivimos), quiero trabajar en El Chaflán.
Cuánto me cueste llegar, me da igual, pero llegaré. Llegaré a hacer esas popietas de lenguado, esa cecineta de ciervo... Dios santo, si he entrado en los álbumes culinarios de Juan Pablo Felipe y he tenido que salir, porque al pobre le van a salir cinco mil notificaciones de "me gusta"s Dianescos...

Y es que cuando yo me emociono con algo, no hay quien me pare... Como cuando quería ir de prácticas con un gran cocinero de Madrid y él me ignoró como a un cacorrio maloliente. Claro que si, pero ahí sigo, a ver si algún día se da cuenta de que existo y me hace un hueco en su cocina (jamás).

La verdad es que de los cocineros de Madrid no tenía mucha idea, pero de "El Chaflán" sí había oído hablar. De ése y del No-Do.
Detrás de ésos dos y de la terraza del casino ando (con el Arizona no fue bastante, soy adicta a trabajar cerca del juego, y del fuego).
¿Conseguiré trabajar en alguno de los tres? No, porque nadie sabe que existo, pero me da igual, yo seguiré haciendo palitos de berenjena como si no hubiese mañana.
De hecho, barajo la posibilidad de hacer unos cuantos cuando llegue a Madrid y llevárselos en un cucurucho hecho con mi curriculum a Juan Pablo. Seguro que le sorprendo.

En fin, mongoleces aparte, este plato, como ya habréis concluido tras un monólogo sobre Chicote, Roncero, y sobre todo Felipe, va dedicado a mi tía... No perdón, a Juan, a Juan.

Y es que el otro día vimos esos maravillosos travesaños de berenjena y dijimos... Hay que sacar un plato con éso, se lo prometimos... Lo hemos hecho. "Mc Chaflán" les llaman, según Pepe Gorines, que por lo visto ha palitoberenjenado con Juan.

Pues si, la verdad es que la combinación saborífera... sabora... sípida... Bueno, la combinación de sabores era espectacular... Como dijimos en facebook, una especie de Riojana a nuestra manera, deconstruída, como en aquel entonces, pero con un toque más chic. Más ch-aflan-ic.

Si os apetece ver de qué va la cosa, entrad en la foto de facebook, que entre pelar las patatas recién sacadas del horno y escribir tanto, me voy a quedar sin yemas en los dedos, y otra cosa no, pero éso creo que sí lo necesito para trabajar, aunque sea de churrera en una caseta de feria.

2 comentarios:

  1. Hace ya unos cuantos años que emprendí un recorrido por algunos de los grandes restaurantes de Madrid (uno cada dos meses, que era un hobby muy caro) y he de decir que la cena del Caflán fue de las más impresionantes. Eso sí, recuerdo que el menú "maridaje" tuvo consecuencias, ¡madre mía que castaña!. Uno de los mejores restaurantes que he probado. En la terraza del Casino estuve por una boda y también fue fenomenal. De aquella época me quedo con Balzac cuando lo llevaba Andrés Madrigal (luego fui al de Atocha y me sentí timado) y que me encanta el ABC de Pedro Larumbe y te diré que para mí, el mejor restaurante en el que he cenado es Atrio en Cáceres. Ahora la cosa está más chunga y la pasta es para otras prioridades, pero vamos, si entras en El Chaflán yo vuelvo.

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  2. Cuando empecé con las críticas me di cuenta de que así no iba a ir a ningun lado, me arruino en seguida, es verdad.
    Joe, qué suerte... Yo tengo claro, con Juan Pablo mínimo mínimo de prácticas. A ver si hay suerte, ya te contaré.
    ;) Gracias

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