martes, 17 de mayo de 2011

Accidentes en las cocinas (I)

Todos somos humanos, y por todos es conocido que, cuando se empieza en el humilde camino de aprender, puede que todo sean desgracias.

Lo bueno que tenía la escuela es que estabas allí para aprender, es decir, podías liarla parda.
Aunque la realidad de las meteduras de pata era muy diferente... Te caía una bronca tan gigantesca, que para la próxima que se te ocurría hacer algo semejante, rápidamente despejabas tu mente.
Y es que, en la mayor parte de los casos, ante una caída tan estrepitosa, no volveremos a tropezar en la misma piedra... ¿O si?

Madre mía, aun recuerdo que Andrés, mi profesor de salsero (segundos platos y salsas), nos hacía los exámenes teóricos de "Técnicas de cocina" de tipo test.

Yo los odiaba porque, ahí donde la gente decía "bah, que fácil, te da ya las respuestas, es mejor que tenerlas que pensar", yo sabía que ante tres respuestas como estas a la pregunta "cómo se pocha:
con tapa, fuego alto, mucho aceite
sin tapa, fuego bajo, poco aceite
con tapa, fuego bajo, poco aceite"
era imposible acertarr al tuntun... De hecho ni siquiera pensando, porque había cien técnicas culinarias (no digais nada, pero me han comentado que siguen existiendo) que se diferenciaban de ésta en un solo factor...

Aun así, entre mis pobres compañeros, aun a final de curso, había quien lo intentaba... Con ningún resultado, claro... Bueno, aparte de los ataques de caspa del profesor.

Y el comentar el asunto de que tropezamos con la misma piedra cincuenta veces no lo digo porque sí... Durante los más de 10 exámenes que hicimos durante el curso, una misma pregunta se repetía una y otra vez, y los que hayan cursado cocina en mi escuela, lo sabrán mejor que nadie:
"Imagina que una cazuela con aceite se prende fuego en la cocina. ¿Qué harías?
Echar agua
Tapar
Poner un trapo mojado
Usar el extintor"

Sopesemos las respuestas.
Es de todos conocido que cuando echas algo ligeramente húmedo en aceite caliente para freírlo, no hay mañana; te toca escudarte tras una tapa de marmita de 60 L, un trapo enrollado en cada brazo, unas manoplas de horno y una espumadera cuyo mango, piensas, ojalá midiese un metro.
Así pues, si no es ya que esté caliente, si no que es fuego (no se si hay algo más caliente que éso), a nadie en sus cabales (igual ese es el problema) y que piense un poco, se le ocurriría echar agua, ya que saldría por los aires con todo el equipo.
Con el trapo mojado ocurriría lo mismo, solo que a pequeña escala.

Por otra parte, usar un extintor siempre es una opción, claro, pero entonces estropeas toda la comida, insalvable, porque lo que echas no lleva lecitina, pese a ser una espuma, no es comestible... Y además causas un estropicio maravilloso.

Yo no digo que, ante las llamas, que están dispuestas a devorarte, no te vuelvas loco y cojas agua, que es lo que suele apagar un incendio... Pero hombre, estas frente a un papel, ¡¡¡no te pongas nervioso!!! Muchos de nosotros éramos jóvenes, y he comprobado que los jóvenes suelen hacer locuras del palo de mezclar lejía y fregasuelos, provocando una intoxicación instantánea... Y si, puedes fallar la pregunta una vez, hasta que te la explican y luego... ¡¡¡Luego no!!!

Aun en el décimo examen, la misma persona lo ponía mal... Creo que lo hacía a posta...

2 comentarios:

  1. No soy cocinero, me dedico, entre otras cosas, a evitar e investigar accidentes de trabajo y he evaluado cocinas industriales y puedo asegurar que es increible el desprecio que algunos profesionales tienen hacia los peligros de su trabajo. He apagado fuegos, he visto arder una cocina y mientras el fuego se extendía la gente... como decirlo... salió corriendo. Al menos fue menos malo que echar agua en el aceite. En las cocinas los extintores sirven para algo más que para colgar los delantales.

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  2. Aunque para percha, desde luego son muy cómodos, está claro que están ahí para algo mucho más importante... Y es que qué habrá más facil de provocar en una cocina, que fuego xD

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